Aves, duendes y hadas.
Te siento siempre conmigo
porque siempre estás ahí.
Allí donde yo voy, labras mis caminos.
recorres mis pasos a mi unido,
y más allá del tiempo
labras mis destinos,
en todos los universos
en lo que yo he vivido
Suena la música,
danzan las estrellas
Vuelan dos pájaros blancos,
con sus hermosas alas abiertas.
Buscando están el camino
para alcanzar juntos su meta
que a un bosque mágico les lleva,
¡el baile de las aves comienza!
Sonríe la tierra
con el cosquilleo alegre de la fiesta
del bosque mágico de ninfas y
luciérnagas
Las dos aves se posan al son de un
sainete
sienten que se transforman en hada y
duende.
Felices los árboles, sus raíces
mueven
al sentir en su superficie el roce del
agua...
Se oyen risas de duendes.
Se oyen cantos de hadas
y su rey y su reina, antes aves,
se vuelven a separar,
¡un bello juego de amor
de nuevo quieren comenzar.
Ella será doncella,
él un humilde poeta.
Nacerán en dos lugares distintos,
al borde de dos riveras,
bañadas por el mismo mar,
lejos de miradas inquietas.
Comenzarán de cero si saber siquiera
que pueden cruzarse un día
y no reconocerse en este bello planeta.
El juego no termina nunca,
porque son estrellas viajeras
y muchas vidas tendrán
para vivir mil experiencias.
No tienen miedo de nada
pues saben que jamás sus almas
les tenderán ninguna trampa.
Lange
Aguiar.
