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28 oct 2008

Fiesta de la Vendimia



Fiesta de San Andrés en Icod de Los Vinos.
Tenerife. Canarias.

Unos dicen que la palabra VINO viene de VID, es decir de VIDA. Otros afirman que viene de lo que Da la VID, es decir de DAVID, personaje bíblico y que fue patriarca de la fuerza y la valentía. Otros afirman que surge de la idea de volver, de repetir, de venir “ porque vino, bebió del vino y volvió después... Algunos piensan que fue el mismo ZEUS, el padre de todos los dioses, el que, desde la profundidad de sus venas, hizo brotar de la diosa GAIA, el fruto amoroso de las uvas y el manjar de su néctar como recompensa al amor que sentía por ella, y para que los hijos de los hijos, que de ella nacieran, recordaran ese eterno amor entre GAIA Y ZEUS o entre el OLIMPO y la TIERRA. Los que aquí nacimos pensamos que vid VINO de YCODEM, porque es su apellido, su identidad, su esencia... Su fruto fue cantada por excelsos escritores, y a más de un príncipe o un Rey alegró la vida y le alejó de penas y tristezas.

Canarias siempre ha estado vinculada a la mitología, a la leyenda. Desde la más lejana historia se habla de manzanas de oro, de Dragones guardianes y de malvasías sagradas que dan cobijo a las más entrañables criaturas y a los más hermosos mitos. Así la vida festiva y popular de este pueblo gira entre tres grandes eventos, o tres grandes fiestas o acontecimientos:

* La Primera es La de la Vendimia, o Fiesta de Septiembre, hoy festividad del Cristo Rescatado, que huele el suave y profundo olor del mosto cuando sale de su casa del Calvario.

* La segunda es la Fiesta de San Andrés que se envuelve con el manto del humo de las castañas asadas. Fiesta de las bodegas abiertas y donde se corren las tablas por las diferentes cuestas. Aquí la parranda, los chochos, las aceitunas, la carne fiesta... no son sino excusas para beber nuestro buen vino, para paladear el sagrado líquido que surgió de nuestras cosechas.

* Y la Fiesta Tercera es la de Abril, donde se bebe el vino bien hecho, ya macerado y limpio mientras se canta a la tierra y se bailan Folías, Isas o Malagueñas. Es la fiesta de San Marcos donde se celebran concursos, se conquistan medallas premiando nuestros mejores frutos que son los caldos de nuestra tierra y donde las tradiciones se hacen presente, se hacen eternas.

Desde siempre este pueblo nuestro ha sentido la necesidad de realizar acontecimientos teniendo al vino como protagonista. En mi época moza (años setenta) se celebraba, lo que denominábamos Salón del Vino. En él se realizaban muestras de los diferentes caldos de los bodegueros de YCOD y se hacían teniendo en cuenta su procedencia. Se celebraban en el antiguo Casino, pero un grupo de Jóvenes nos atrevimos a organizarlo en la antigua escuela sindical y allí llevamos el salón del Vino. En mi memoria quedan nombres valiosos que han ido jalonando la historia silenciosa y cotidiana de este pueblo: Estanislao Alayón, Santiago Halcón, Vicente Perera, Diego Afonso... Y el que les habla, entro otros muchos colaboradores. Acciones y proyectos ilusionantes que hacíamos en esos días históricos del final del largo túnel del franquismo y del comienzo del reinado de Juan Carlos I, un nuevo andar democrático en esta España que salía de un frío y triste letargo.

EL último Salón del Vino que organizamos fue Todo un alarde de creatividad y buen hacer. Se reprodujeron los lugares o elementos más emblemáticos de cada barrio y se expusieron los caldos de casi todos los bodegueros de entonces: los aperos de Labranza por la Vega, La Media Naranja del Amparo, un Tubo Volcánico por la Cueva del Viento, la Red y la Barca por San Felipe, Los cestos de Frutas por Santa Bárbara, El Cañaveral por Las Cañas, El Pino por Buen Paso, la Plaza de la Pila por el Casco...

Imágenes que quedarán en el archivo de mi memoria para siempre y que hoy puedo regalárselas a ustedes como mis palabras y estas imágenes estampadas en papel y con estas botellas de aquel entonces.

Pero no acaban aquí mis recuerdos:
Hace más de 30 años, un 26 de Agosto de 1975 , en mi época universitaria y estando en mi barrio de La Centinela, sentí la necesidad de escribir algo poético al vino y a la vendimia. Fue un arrebato que me salió de lo más hondo y que luego guardé. Ahora he desenterrado ese recuerdo y lo he buscado entre mis papeles viejos. Y encontré este poema escrito desde el corazón y desde la inocencia. Aquí lo adjunto, tal y como salieron de mis manos ese lejano 1975:


LA CANCIÓN DE LA VEDIMIA

(A los viñadores de ICOD)

I
¡A la vendimia, a la vendimia
que ya llegó Septiembre, Vecina,
y hay que cortar las uvas a la verde viña
y meter el mosto en hermosas barricas!
¡A la vendimia, a la vendimia!

El aroma fuerte, transparente
del mosto Icodense
comienza pronto
a esparcirse
por sus caminos y veredas
y por sus incontables pendientes
que llevan a perdidas huertas.
Todo el valle huele a uva,
Huele a mosto
Al llegar el esperado Septiembre
De vinos y fiestas oloroso.

¡A la vendimia, a la vendimia
que ya llegó Septiembre, vecina
y ya la uva, negra y blanca, está madura!
¡A la vendimia, a la vendimia
son las voces que se oyen por todas las esquinas!

Todo se vuelve canción y música
y las mujeres preparan las papas y el mojo
mientras se oyen cascos de mulas
cargadas de pipotes con mosto.

II

Las manos de los viñadores,
manos callosas y viejas,
manos suaves e inexpertas,
cortan del parral su fruto hermoso.

Racimos pequeños y grandes, dorados y rojos
se balancean en rudimentarias cestas
sobre los hombros de rudos cargadores
de espalda mojada en sudor y mosto.

Una boca grande, ancha y misteriosa los espera:
El viejo y adorado lagar
convertido en el más natural altar.

Allí, los descalzos pies de los pisadores
trituran las uvas escogidas
al ritmo de una auténtica danza divina.
El preciado líquido del racimo
fluye caudaloso por la ansiada salida.

Sudor y mosto se entremezclan,
se combinan
en la misteriosa danza baconiana.
Un Zic, Zac, Zic, Zac...
Continuo, extraño, maravilloso
Se escucha en todo el Lagar
Invadiendo y estremeciendo la tierra.

El mosto,
A veces blanco, a veces rojo
(no se sabe si por la sangre o el sudor
del viñador o por el otro color)
es llevado a las bodegas
propias o ajenas.
Sólo falta la angustiada
espera
para que el mosto
salga de las bodegas
convertido en el precioso y adorado
líquido divino
locura de la tierra.

¡El sudor, la esperanza y el fruto
de los viñadores han hecho el milagro,
bebamos a su salud!

III

¡A la vendimia, a la vendimia
que ya llegó septiembre vecina
y ya la uva negra y blanca está madura!
¡A la vendimia, a la vendimia
son las voces que se oyen por todas las esquinas!
LANGE AGUÍAR.