Creando, construyendo, disfrutando lo que somos, experimentando lo que escribimos...

Bienvenido al blog de Lange Aguiar.
Disfruta y crea, ¡TÚ TAMBIEN PUEDES HACERLO!.
Está permitido emocionarse, llorar, reir y, sobre todo SER, COMPRENDER y VIVIR.

31 may 2020

RECUERDOS (1) TERROR DE NOCHE



LA SILUETA OSCURA Y LA LUZ DE LA LUNA

Bajo de la "guagua" que me trae de Icod al Puerto de la Cruz lo más deprisa que puedo. Ese día llega con retraso ala estación. No veo la hora de llegar al Quiosco Bar de la Plaza del Charco, lugar donde trabajo desde  hace dos meses, fregando platos, vasos, limpiando la barra y las numerosas mesas situadas en la terraza. Tengo por costumbre, a pesar de mi corta edad, pues no he cumplido aún los catorce años, el pasar antes por el “estanquito”, así llamamos al carrito de periódicos, revistas y venta de golosinas, para ojear el periódico vespertino de Tenerife. El estanquero, un señor afable y muy risueño, me deja hacerlo pues me dice que le gusta verme ya que  muestro  mucho interés en lo que leo.



Abro “La Tarde” y me pongo a leer sus titulares rápidamente pues no me da tiempo a más; tengo que entrar a trabajar a las cuatro y ya  casi es la hora. Esta vez, lo mismo que hago en los tres últimos días, paso deprisa por todas sus hojas y busco con desespero la sección de sucesos y allí está la noticia. Un frío interno recorre mi cuerpo al leerla. No quiero creerlo, pero allí está. No he cumplido los 14 años aún y me estoy encontrando con una verdad cruenta y terrible, de la que yo pude haber sido una de esas víctimas. Respiro con fuerza. Me siento en el banco pues me tiemblan las piernas. Oculto entre mis manos la cabeza; lloro desesperadamente... Se  amontonan las imágenes y los recuerdos vividos días antes; mi corazón se acelera descontroladamente. Cierro los ojos. En mi mente se agolpan todos esos momentos de terror y miedo que había vivido el domingo anterior  cuando, al terminar mi turno de tarde, me dirigía caminando a mi casa.



Es un día muy especial, un domingo diferente por la celebración de la Patrona de Canarias. Como de costumbre, cuando comienzo el turno de tarde, entro a las 4 y salgo a las 12 de la noche. A esa hora no hay transporte desde el Puerto de la Cruz a ningún otro pueblo y cuando termino mi turno tengo que ir caminando hasta Icod donde vivo con mi familia. Lo hago solo y en la oscuridad de la noche, recorriendo los mas de veinte kilómetros que me separan de mi casa. Ese domingo lo vuelvo a hacer, pues es el primer día del cambio de turno ya que el último día me quedo a dormir entre las sillas del bar o el suelo, porque tengo que entrar al día siguiente a las ocho de la mañana y no me merece la pena realizar esa caminata.

Cada vez que emprendo el camino lo hago cantando o bailando para quitarme el miedo. Hay zonas que me producen terror, especialmente al pasar por el Barranco de Castro de Los Realejos o por el Barranco de Ruiz en la Rambla. Suelo recorrerlos respirando profundamente para armarme de valor, mientras corro y canto con todas mis fuerzas. A esa hora apenas hay tráfico, solo algunos faros se suelen cruzar conmigo en la carretera. Son algunos camiones que se dirigen al muelle de Santa Cruz cargados de plátanos. Estoy habituado a verles pasar. Algunos de ellos se han acostumbrado con mi presencia y ya me dicen adiós mientras tocan la “pita”. Nunca me suelo encontrar con vehículos viajando al revés.

Esa noche siento que es una noche especial; el cielo está maravilloso, brillante, con casi una luna llena que ilumina la carretera y eso me da algo de tranquilidad. Experimento una extraña paz en mi interior y la verdad es que voy disfrutando el camino como nunca antes lo había hecho. Cuando llevo ya unas horas caminado, al pasar por el barrio de Santo Domingo percibo un coche tras  de mí con las luces apagadas. Me detengo con miedo y me doy la vuelta, el coche también se para; quiero identificar a su conductor pero no puedo a pesar de la Luz de la luna casi llena que me va acompañado durante todo el recorrido; un amplio sombrero le tapa casi toda la cara. Al coche si que lo reconozco al instante- Ya lo había visto, en otras ocasiones y durante varias noches seguidas, parado en la orilla de la carretera que cruza el pueblo de Santa Catalina. Ese día sentí algo extraño al pasar cerca del coche, pues percibo que hay alguien dentro, lo que me hizo agilizar el paso y experimentar un escalofrío en mi cuerpo. Un mal presentimiento aleja de mi lado la paz que traía...

Continuo el camino, temeroso, temblando, con terror en el cuerpo. No sé porqué, pero me invade el miedo. El coche me sigue al mismo ritmo que voy yo. Empiezo a sentir cada vez más pánico... Apenas puedo respirar; estoy muy agitado... Un sudor frío comienza a bajarme por la frente. Quiero correr con fuerza pero mis piernas no me obedecen. Se están volviendo torpes y temblorosas...

Decido, ya exhausto y sin medir las consecuencias de mi acción, parar mi marcha. En ese momento el coche me adelanta; se para frente a mí; un hombre con sombrero y con ropa oscura, se baja. Me asusto, tiemblo, no controlo mis actos y sin pensarlo ni un momento me lanzo al vacío sin saber lo que hay al otro lado del malecón ni su altura. En la caída me acogen unas viñas; caigo sobre ellas sepultándome entre sus hojas. Desde el suelo donde había caído y entre los huecos de la viña, vislumbro la silueta oscura del hombre con sombrero, y una luna enorme brillando trás él, imagen que no puedo quitar de mi retina.



Él callado, observando el fondo, buscando el lugar donde podía haber caído. Yo en silencio, dolorido, sintiendo la sangre manar de uno de mis brazos; aguanto el dolor y la respiración. Intento, sin hacer ruido, ocultarme bien. En ese momento comienzo a oír a lo lejos unas voces cantando con música de guitarras que se acercan. ¡Comienzo a gritar! El hombre huye, subiendo a su coche rápidamente y escucho, por el ruido del motor, que se larga, a toda velocidad. Yo sigo gritando con todas mis fuerzas. Con mucha dificultad trepo por el muro lo más rápidamente que puedo, logrando subir de nuevo a la carretera. Justo en ese momento se acerca la camioneta frenando frente a mí. Sin darme cuenta estaba en medio de la carretera, obligando al conductor a realizar una rápida maniobra de frenado... ¡Menos mal que venía despacio! Oí gritar mi nombre. 

-¡¡¡Langeeee, qué coño haces en medio de la carretera!!!-

¡No doy crédito a lo que escucho. ¡Me llaman por mi nombre! ¡no puedo creerlo¡ ¡Son vecinos de mi barrio que regresan de ver a la Virgen de Candelaria, ¡Es el gran día de peregrinos!  
En ese momento me derrumbo pues me abandonan las pocas fuerzas que me quedan y caigo redondo al suelo. Rápidamente  una mujer baja del camión engalanado para la ocasión, preguntándome con voz alterada

-¿Qué te pasa Lange? ¿Qué te pasa?-

Como pude, y entre lágrimas, le cuento lo que había pasado. Es una vecina cercana que me reconoce y me abraza con todo el cariño del mundo. Logra calmarme un poco y me hace subir a la camioneta dándole la orden al conductor, su marido, para que se desvíen  de su camino y me lleven hasta mi casa. Durante el corto viaje que nos queda por recorrer, la vecina me cuenta algo que ya había oído sabiendo que era la razón del terror que había vivido momentos antes:

-¡Ay mi niño!..., es que anda suelto un asesino de chicos en esta zona y seguramente será ese sinvergüenza el que quiso atacarte; ¡Ay señor de la que te libraste!-

Y dirigiéndose a su marido con firmeza le dice

-Juan, tenemos que avisar a la guardia civil- .

Juan la mira y  sin dudarlo le contesta

-Si, mujer, pero antes vamos a llevar al chico a su casa que bastante ha tenido en esta madrugada. Después iremos a la guardia civil a denunciarlo-

Llego a mi casa algo más calmado y al bajar de la camioneta les doy emocionado las gracias. Ellos me  contestan:

-¡De nada, Lange, ya estás en casa; dale un abrazo a tu madre y dile que le hemos traído a su hijo sano y salvo!

Entro en mi humilde casa, directamente voy a la cocina. Sabía que mi madre se encontraría allí esperando por mí. Me quedo parado junto a la puerta de madera vieja que está entreabierta. La observo con lágrimas en mis ojos. Sentada en la mesa y con la cabeza recostada está mi madre. A su lado el quinqué encendido ilumina su bello y triste rostro. Ella siempre, siempre me espera, sea la hora que sea cuando estoy en el turno de noche. Me acerco; le acaricio dulcemente y con mucha emoción el rostro. Se despierta de un sobresalto y nada más verme me pregunta

-¿Qué te pasa hijo? ¿Estás bien? ¡He tenido una premonición terrible esta noche! ¡He estado rezando a mi Virgencita de Candelaria para que no te pasara nada!

Suspira profundamente mientras me observa con detenimiento.

-No te veo bien. ¿Que te pasa mi niño? ¿Te ocurrió algo? Estás demacrado y con rasguños en la cara ¿Por qué?

A trompicones y con mucho llanto, le cuento lo que había pasado. Me abraza. Llora conmigo. Me coge la cara; me mira a los ojos y vuelve a abrazarme con mucha fuerza. En silencio me cura los rasguños de mi cara, las pequeñas heridas de mis pies, y la herida, algo mayor y sangrante de mi brazo. No cesan de caerle lágrimas por su cara. 
En silencio enciende el pequeño fuego de petróleo y hace una tila. Me anima a tomármela caliente, mientras me acaricia la cabeza. Siento su ternura, su amor, su entrega y también su amargura... Me acompaña a la cama, a la vieja habitación que comparto con mi hermano más pequeño. Ella, después de darme un amoroso beso en mi mejilla, se va a la suya y con la luz del quinqué que lleva en su mano observo sus lágrimas cayendo por su cara que no puede contener. Me pregunto si son lágrimas de agradecimiento, lágrimas de alegría por estar vivo o lágrimas de tristeza por pensar que podía no haber vuelto o bien si son todas esas emociones al mismo tiempo, emociones con las que me duermo sin contar el tiempo.

La voz de Domingo, mi compañero de trabajo, me grita desde el Quiosco-Bar de la Plaza del Charco y me hace recobrar el momento presente y me devuelve a la realidad. Me grita fuertemente 

– Muchachooo,  Langeee ¿No ves lo tarde que es ya? ¿te dormiste en el banco o que? ¡Anda, espabila y vente "pa" la cocina yaa!

Me asusto con su grito, abro los ojos y recobro la consciencia. Me doy cuenta que sigo en el banco de la plaza, justo al lado del carrito. Intento levantarme enseguida y al hacerlo se me cae el periódico de las manos, pudiéndose leer los grandes titulares de la pagina que tenía abierta:



¡EL VIOLADOR DEL NORTE DE TENERIFE HA VUELTO A ACTUAR! Se encuentra el cadáver semidesnudo de un joven con signos de violencia en una finca abandonada! 
La Guardia Civil, por fin, lo ha podido detener.

Lange Aguiar
Creaciones Literarias




25 may 2020

SUPERSTICIONES

Esto es un ejemplo de nuestros miedos ancestrales, producto de lo que vivimos en mucho tiempo: las supersticiones no nos dejaban vivir felices.
 Las supersticiones eran verdaderas cadenas. Producían los miedos frente a las maldiciones.

MIEDOS

Sentía que tenía que hacer algo. Llevaba ya dos noches sin dormir y sin poder quitar aquel pensamiento de su cabeza. Esa mañana decidió hacerlo, no pudo aguantarlo más. Fue directo a la cocina, cogió su bote de sal y comenzó a esparcirla por todas las esquinas de su casa, especialmente en las esquinas de la puerta principal de entrada. Al final se sentó tranquilo a desayunar. Ya estaba hecho. Sitió que pudo controlar, con esa acción, su ansiedad y parar sus angustiosos pensamientos.

...MIEDOS que buscan caminos.
Males que vienen de fuera.
Miedos que marcan destinos,
que no ves como se cuelan
buscando extraños escondrijos
que pueden asustar a cualquiera,
generando tensión en corazones heridos
surgiendo cuando menos lo esperas...
Lange Aguiar

24 may 2020

VÍDEO DEL POEMA "NACÍ DE NUEVO"



Nací de nuevo amor, este 18 de Mayo del 2020. Los ángeles me protegieron para que no me pasara nada en ese accidente de coche y pudiésemos reír juntos de nuevo. Feliz cumpleaños Amor en este 20 de Mayo diferente. Feliz día Compañera de procesos de vida compartida. Gracias por Ser y Estar. Besos eternos.

21 may 2020

FELIZ CUMPLEAÑOS Y NUEVO NACIMIENTO


Feliz cumpleaños Amor, compañera de procesos de vida compartida.
Gracias por Ser y Estar. Besos eternos.

NACÍ DE NUEVO
Nací de nuevo un mes de mayo,
dos días antes de tu verdadero nacimiento.
Nací de nuevo para decirte que te amo
que seguimos juntos por este sendero.

No era mi hora, ni el día, ni siquiera el año
Nací de nuevo porque no era el momento
en que se alejaran de tí mis grandes manos
ni mi alma, y mucho menos mi cuerpo.

Nací de Nuevo para valorar tus grandes actos
que sabes crear con tus maravillosos silencios.
Nací de nuevo para seguir en tus ojos reflejado
y en tu mirada limpia que reta todo los tiempos.

Nací de nuevo sintiendo muy cerca el amor a mi lado
sintiendo la luz que me arropa y me deja sin miedos.
Nací de nuevo para seguir contigo mis alas desplegando
en esta tierra proyectando nuestro amor que es eterno.

Nací de nuevo. Se alejó la guadaña de mi costado
y en su lugar me acogieron los dulces vientos
depositando mi cuerpo sobre un destrozado auto
que no rompió de mi vida ni un solo hueso.

Sintiendo muy cerca de nuevo los aires angelados
que me susurraban al oído. ¡No es tu tiempo!
Nací de nuevo para seguir unidos y caminando
por la senda del amor que vivimos como proceso.

Nací de nuevo para gritar muy fuerte que te AMO,
que nuestros errores van unidos a nuestros aciertos
y que la historia de esta vida que experimentamos,
es nuestra, que marcamos juntos en otro momento.

Nací de nuevo para cumplir con ello lo pactado.
lo que establecimos en un punto infinito del universo
marcado en las células de nuestros cuerpos engendrados
que hacen posible encontrarnos en todos los tiempos.

¡¡¡Nací de nuevo. Siempre nazco de nuevo!!!
para estar en tus brazos,
AMOR
porque somos eternos
Lange Aguiar. 20 de Mayo de 2020
Nací de nuevo un 18 de Mayo de este año extraño del 2020,
para seguir experimentando el amor sin límites.


18 may 2020

VIAJE AL INTERIOR. MONTAJE VISUAL

VÍDEO DEL ARGENTINO  JORGE IBAÑEZ  CON UN POEMA MÍO DEL LIBRO "SER DE LUZ, HIJO DE LA TIERRA   " Viaje al Interior".
GRACIAS JORGE POR ESE NUEVO REGALO

https://www.facebook.com/jorgeeduardo.ibanez/videos/10222405158308083/

"Necesito" Poema de Ana Rosell. Recitado por Lange Aguiar.

14 may 2020

Poema solidario

https://www.facebook.com/jorgeeduardo.ibanez/videos/10222375235000019/
 No dejes de ver el vídeo
Emocionado por esta iniciativa de Jorge Eduardo Ibañez, desde Argentina . Gracias por este bello regalo. Gracias por la creatividad y la maestría de tu iniciativa. Gracias porque este es un poema que llena mi vida de acción solidaria en este mundo por la que mi alma camina. Gracias Jorge por esta bella sintonía. Un abrazoooo

10 may 2020

UN PETICIÓN Y UNA ALEGRÍA

 A TODAS ESAS PERSONAS QUE LEEN ESTE BLOG, 
QUE LES GUSTA SEGUIRLO, 
QUE LES PARECE INTERESANTE  Y 
QUE LES GUSTA LA POESÍA, LAS NARRACIONES, 
LOS CUENTOS O REFLEXIONES QUE AQUÍ SE EXPRESAN.
ME GUSTARÍA, QUE PONGAN ALGÚN COMENTARIO, 
QUE LES DEN A ME GUSTA AL BLOG, 
PORQUE ELLO MOTIVA A SEGUIR ESCRIBIENDO. 
A SEGUIR PUBLICANDO. 
SÉ QUE HAY PERSONAS QUE SIGUEN ESTE BLOG 
DESDE LEÓN, ALICANTE, CÓRDOBA, VALENCIA, SANTIAGO...
DE DIVERSOS LUGARES DE FRANCIA... DE  ESTADOS UNIDOS, 
RUSIA, PERÚ, MÉXICO, ARGENTINA...CANARIAS.... 
Y  ES ESTIMULANTE PODER SENTIR ESE APOYO, 
ESA INQUIETUD POR LO QUE AQUÍ SE EXPRESA.

GRACIAS POR LEER ESTO Y ANIMARSE 
A PONER EN PRÁCTICA ESTE RUEGO. 

SALUDOS Y ABRAZOS AMIGOS 
Y AMIGAS DESCONOCIDOS/AS
 PUES ME LLENAN DE ALEGRÍA 
SABER QUE USTEDES ESTÁN AHÍ SIEMPRE. 

ABRAZOSSSSSSSSSS Y ANÍMENSE. SERÁ UN PLACER
PARA LOS SENTIDOS SENTIR QUE SOMOS UN GRAN GRUPO
CONECTADOS POR LAS LETRAS Y LA ESCRITURA.
LANGE AGUIAR


                                                           Facebook Lange Aguiar
https://www.facebook.com/langeaguiar/


9 may 2020

RETAZOS DEL SER


MI NACIMIENTO EN LA TIERRA

Me veo allí ,
desnudo,
frente al atardecer
que se abre
ante mi recién nacida visión.
Siento
a mi madre
llorar de alegría
y a la partera
gritar de emoción.
Me asusto,
lloro,
grito...
al sentir la caliente palma
de la mano de doña Carmen
en mi tierna nalga.

Este es el tiempo
no existente
ésta, la realidad creada
en mi mente
éste, mi momento presente
y no sé si es verdad lo que en verdad
mis manos tocan,
mis ojos ven,
mis sentidos sienten...

Es largo el túnel por el que viajo
desde mi mente
tratando de llegar
a un corazón que me espera
ardiente.

En cada recodo me invaden ictus
que me secuestran y mienten
para no hacer posible
un final de viaje
decidido,
no consciente

(C) Pintura de Yrichen Bencomo

Aquí estoy,
en silencio,
en medio de la no nada,
siendo libre para romper
mi guión escrito
que yo mismo escribiera
en otro espacio,
en otro tiempo
con torcidas,
borrosas,
ilegibles...
letras de fuego.

El viento del túnel me devuelve
un grito remoto
lanzado en su momento
desde una acantilada cueva
¿Quién dices QUÉ Y QUIÉN SOY,
si no tengo esa conciencia?
DIME,
¿qué hago en este extraño y hermoso
PLANETA?
En el ahora,
en este momento presente
con temblorosos pensamientos
me pregunto...

¿EN VERDAD QUIERO SEGUIR
CON ESTE EVOLUTIVO JUEGO?

SILENCIO...,

MI ALMA GRITA:
TEN CONFIANZA
LA META ESTÁ
A LA VUELTA DE LA ESQUINA.
LEVANTA TUS MANOS,

¡RESPIRA!

#Langeaguiar #serdeluzhijodelatiera #poemas

8 may 2020

RECUERDOS 7 ( Asustador Asustado)

LA VELA Y MISIFÚ
Aguanté mi respiración. Sabía que mi hermano pequeño se lo iba a a pasar mal, pero seguí adelante con mis intenciones. Estaba escondido tras la cortina de la puerta grande de mi casa, una casa vieja y de muros gruesos. Era la entrada que daba a la sala de estar, bueno... esa era por lo menos el uso que se le daba, porque realmente era también habitación por las noches, pues en ella dormían algunas de mis hermanas. Somos once hermanos y había que buscar sitios para todos, aunque tres de ellos ya se habían ido a Venezuela.

Mi hermano pequeño, que en aquellos momentos tenia cinco años, yo siete, entraba al salón con una palmatoria en la mano pues todo estaba a oscuras. No teníamos en casa luz eléctrica, eso era privilegio de unos pocos vecinos en nuestro barrio. Tinito había cogido una vela para entrar a coger unas papas, que mi madre le había mandado a buscar. El no quería ir. Le asustaba mucho la oscuridad de aquél salón tan grande y solitario. Yo había oído a mi madre y Salí corriendo a esconderme. Me subí como pude sobre la tranca de hierro de la puerta, pues todo estaba a oscuras, colocando la cortina de tal forma que me tapara por completo.
Tinito entró muy despacio al salón. Me contuve en mis movimientos. No quería hacer ruido y no expulsé el aire de mis pulmones, hasta casi ahogarme. Tinito se acercaba lentamente. Sentía su respiración jadeante. La palmatoria le temblaba en sus manos. Su rostro algo desencajado miraba a todas partes. Yo le observaba por la pequeña rendija de la tela descosida que hacía de cortina. La oscuridad me salvaba de ser visto Sabía que iba a hacer algo ruin pero no me detuve. Y no esperé más, con todo el aire guardado en mis pulmones hice un ruido profundo con mi garganta expulsado todo ese aire retenido que me estaba ahogando, mientras movía con mucha fuerza la cortina. Yo mismo me sorprendí oyéndome. Mi hermano gritó, tiró la palmatoria contra el lugar donde yo me encontraba y salió corriendo gritando por mi madre. La vela cayó al suelo prendiendo fuego a la cortina. La apagué como pude saltando inmediatamente de mi escondite. En esos momentos sentí un cosquilleo en mi estómago. Me puse muy nervioso. Oía a mi hermanito gritar y a mi madre calmándole, ella ya se imaginaba que yo había hecho algo a mi hermano. Nos llamaba zipi y zape pues siempre estábamos buscándonos y haciendo travesuras.
Empezó a llamarme. Me acerqué muerto de risa, tratando de ocultar mi nerviosismo por lo de la vela. Le expliqué que sólo era un juego. Mi hermano entonces empezó a insultarme y a reírse desencajadamente, supongo que para liberarse de lo que había sentido previamente, consiguiendo, con ello, que mi madre también lo hiciera. Como castigo me mandó a buscar a mi las papas, pero a oscuras, sin vela alguna.


Entré en el salón de nuevo. El olor de la tela quemada aún lo envolvía todo. Como pude me acerqué al rincón donde mi madre guardaba las papas, tropezando con algún mueble, En la distancia oía a mi madre hablar con mi hermano y eso me tranquilizaba un poco. Cuando creí que ya estaba en el lugar adecuado alargue mis manos y lo que sentí estremeció mi cuerpo. Un frió interior me produjo escalofríos y grité. Grité con todas mis fuerzas. Quise salir a tropel de allí. y tropecé con el sofá del salón. Caí al suelo mientras aquello saltaba sobre mí espalda. Volví a gritar y gritar descontroladamente llamando a mi madre. Un fuerte maullido me devolvió a la realidad. Misifú, mi gato negro, salió como alma que se lleva el diablo del salón. Me puse a llorar sin control, con un sentimiento extraño de rabia y alegría por lo que había pasado. Tinito y mi madre entraron llevando el quinqué de petróleo. Al explicarles, como pude y a trompicones, lo ocurrido, solo atinaban a reírse sin siquiera ayudarme a levantarme. Yo estaba en una posición ridícula, con los pies en alto y el cuerpo caído entre la mesa y el sofá y eso era lo que les hacía reír. Al final pude ponerme en pie y, sentándome en el sillón, me uní a sus risas. Había experimentado en mi propia carne, y de forma mucho más cruel, lo que quise hacerle a mi hermanito. Llorando y riendo abracé a los dos mientras mi madre, en silencio, me acariciaba la cabeza y me hermano me cogía las manos.
#Langeaguiar. #creacionesliterarias #cuentos #narraciones.

5 may 2020

RECUERDOS DE UNA BODA


¡PARA LA CAMA MAMÁ, PARA LA CAMA!

Te miro a los ojos mientras termino de beber una buena copa de vino en nuestra boda. El reflejo de tu mirada me traslada momentáneamente a otro lugar, a otro tiempo.




Con mi madre y cuatro de mis once hermanos.
Soy el del pantalón corto.
Desde que amaneció sentí que el día iba a ser diferente. Desde mi cama podía sentir los nervios de mis hermanas, el revuelo en la cocina de mi madre y el griterío de la gente en la calle. Me levanté rápidamente, sabía que ese día iba a ser muy especial. No me quería perder nada de lo que estaba ocurriendo desde tempranas horas de la mañana. Mi pequeño barrio era una fiesta. Se respiraba alegría. Se olía a ropa nueva. Las chicas más jóvenes cuchicheaban en la esquina de mi calle, justo al lado de la venta de doña Carmen, contándose los secretos de lo que se iban a poner esa tarde. Sus madres iban de casa en casa buscando los platos, vasos, copas cubertería…de los ajuares viejos, esos que se guardaban en las alacenas de todas las casa y que solo se sacaban de allí para algún acontecimiento importante y lo que se preparaba para este día lo era. Mi vecina, la alegre y hermosa Lola, se casaba. La costurera del pueblo. La que tanto cariño tenía por mi familia. La bella Lola celebraba la primera boda a la que yo asistiría. En mis nueve años de vida no había conocido ninguna novia. No había vivido una boda. No había experimentado esa emoción contenida en la vecindad, en mis amigos. No había olido tanto a ropa nueva, ni sentido tan cercano el coqueteo de la chicas, No conocía la profunda solidaridad y generosidad de los vecinos y vecinas para ayudar en los preparativos de tal acontecimiento festivo, desempolvando los muebles, sacando los mejores manteles calados y bordados que guardaban con tanto celo; organizando y llevando mesas y sillas a casa de Lola para los invitados. Guisar las papas, amasar el gofio, y cocinar el pescado salado con el aromático y fabuloso encebollado, labor en la que mi madre se entregó a fondo. Y, por supuesto, buscando las mejores botellas para llenarlas de vino blanco, “del sabroso vino de ICOD” , era lo que les oía decir a los mayores cuando lo bebían, mientras jugaban al envite en casa Carmen. Vino blanco que desde aquel día me seria muy difícil olvidar, por todo lo que viviría después.



Al caer la tarde comenzó la ceremonia. Las lágrimas desbordadas de la madre de Vicente, el novio de Lola: los gemidos contenidos de Doña Carmen, la ventera; la sonrisa de mi madre; los sollozos de Doña Antonia, la madre de Lola y, sobre todo, la radiante y feliz cara de la joven costurera... son recuerdos que no me abandonan.



A todos los niños y niñas nos pusieron juntos en una mesa del patio, bajo un gran parral. Yo era el mayor de todos ellos y no me sentía muy a gusto. Junto a nuestra mesa pusieron la mesa de los más jóvenes. Al final me senté con ellos, me gustaba oír sus historias, sentir sus risas y experimentar sus sensaciones... Bebí con ellos. Era mi primera vez. Bebí y bebí sin control. No conocía bien ese “sabroso sabor”. Ellos me ponían un vaso tras otro. Al final me hicieron beber una mezcla de cerveza y vino que me amargó el estómago mientras se reían a mandíbula abierta por la expresión de mi cara. Lo demás lo recuerdo en nebulosa. Se que me levanté y fui a mi casa casi arrástrándome. Estaba cerca pero se me hizo eterno.No me sentía bien. Tenía los sentidos atrofiados. No coordinaba mis pensamientos. La visión se me nublaba. Mis piernas temblaban. No sé como llegué a mi cama, pero al tumbarme sobre ella todo se movía. La habitación comenzó a girar a mi alrededor. La cama no paraba de dar vueltas y sentí que un río inmenso estaba a punto de explotar en mi boca saliendo de lo más profundo de mis entrañas. Expulsé todo el agrio y asqueroso contenido que se agolpaba en mi garganta. Vomité sin parar inundándolo todo. Grité con toda mi fuerza. Lloré y sentí que todo se derrumbaba a mi alrededor. Aquel sabor, asquerosamente ácido, quemaba mi garganta, mi lengua, mis labios… No soportaba aquel olor que me envolvía. La cama seguía girando sin parar. Yo me agarraba con fuerza a la pared pero ésta también giraba a gran velocidad. ¡Mamá, mamá, para la cama!, ¡Para la cama mamá! ¡¡Párala!!...Todo se volvió oscuro y caí en un profundo pozo al que jamás he querido volver. Mi madre, al volver de la boda, me encontró allí en el suelo empapado en mi propios vómitos. Me sacó de allí poniéndome en su cama donde desperté muchas horas después...



Abro los ojos saliendo de mis recuerdos. Observo tu mirada fijada en la mía. Sabías que me había ido a otro espacio tiempo. Relajado te sonrío y tú me devuelves una maravillosa y plena sonrisa. Sé que no sabías a que recóndito lugar de la memoria viajó mi presente. Sé que no comprendías porque no quiero beber más de dos copas de vino en nuestra boda, pero también sentí que te alegrabas por ello. Cruzamos nuestros brazos, rozando nuestras copas. Nos besamos. Un flash inmortalizó ese momento mientras nos sumergíamos en el sagrado sabor del líquido elemento que siempre nos ofrece el “sabroso vino de Icod” para mí ya eterno sabor en mi mente y en mi cuerpo.
LANGE AGUIAR



1 may 2020

1 DE MAYO 2020


Feliz día del trabajo! Versos comprometidos. Versos de acción solidaria. Versos de luz en un día de paz. GRACIAS POR SEGUIR CONSTRUYENDO ESPERANZA
#Langeaguiar.
VOCES LANZADAS AL VIENTO
¡¡¡ALZA TU VOZ CON LA MíA

ALZA TU MIRADA LIMPIA
BRILLA TU ALMA EN ESTA OSCURIDAD FRÍA
REFLEJA EN TU CUERPO 
EL CIELO QUE EN TUS SUEÑOS ANSÍAS!!!


Voces lanzadas al viento 
de la esperanza
Palabras que producen ondas inmensas 
en el mar de la existencia.
Ondas que producen olas

que acarician almas desorientadas.
Almas que con la mía 
forman la vida de este planeta madre 
de tierra encantada.

Escuché tus oraciones.
Sentí el dolor en tus plegarias.
Lloré contigo cuando llorabas.
Tu sonrisa iluminó mi cara...

Viento, aire, sol y luna,
agua, tierra y fuego 
expandiéndose
en mi extensa llanura,
abrazando mi cuerpo,
explotando en mi eterna locura
de querer un mundo nuevo
un cielo limpio
un sueño amoroso
que se rompen en mil trozos
y que mis manos juntan.

¡¡¡ALZA TUS MANOS AL CIELO
FORMANDO UN CÍRCULO INFINITO
EN EL QUE QUEPAN TODOS LOS SUEÑOS.
LANZA TU LUZ AL ABISMO 
ILUMINANDO CON ELLA
LA OSCURIDAD QUE OCULTA