SER PERFECTO.

SE QUE NO SOY PERFECTO.

Cierro los ojos,
estoy aturdido.
No comprendo nada de lo que siento,
de lo que vivo.
Un silencio que desgarra el alma,
Una mirada para el olvido.
¿Soy sólo eso?
¿Una metáfora colgada en el tiempo?
¿un cuerpo que camina herido
por no sé qué juego del destino?

No soy perfecto,
lo sé,
solo Soy y seguiré Siendo
y eso me convierte en Vida
que se expande en el firmamento
para aprender, para SER,
para errar, para gritar, a veces sin tino,
para herir, sin querer, a tus seres más queridos;
para entrar en los rincones más oscuros
escondidos en páginas amarillentas
de mi escrito destino.

No soy perfecto,
lo sé,
porque me equivoco,
porque no soporto mi cuerpo herido,
roto, tembloroso, sin control desde lo mas íntimo.

¿Qué es esa podredumbre herida en mi espalda
que me rompe el alma,
que me desconecta del hilo de la vida
y destruye una de mis alas?

¿Por qué esta agonía de dolor
que no entiendo
que grita dentro, me aturde los oídos,
me enturbia la mente con pensamientos
de querer volver al Hogar
y cerrar ya mi último capítulo
del libro que escribo de la vida
que ya no quiero,
que ya no tengo,
que ya no pueden escribir mis dedos?

Lo sé,  No soy perfecto.
Y eso me hace sentir que vivo
y que mis imperfecciones me hace SER PERFECTO.
Pero ya no quiero seguir
escribiendo el libro de mis anhelos,
de mi vida, de  mis sueños...
¡quiero volver al tiempo del NO TIEMPO!
                                       Lange Aguiar. Agosto 2019
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