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10 jun 2020

LUZ DE LUNA O LUZ DE SOL


¿LUNA O SOL?
¿QUÉ SOY?
¿LUZ QUE TENGO O LUZ QUE REFLEJO?

Apago la televisión para irme a la cama, son casi la una de la madrugada. Se había acabado la película que estaba viendo, las “Hermanas Bolena” y la verdad es que me quedé con un sabor agridulce en la boca. Mi mujer ya se había ido a la cama hacía rato. Al apagar la televisión me doy cuenta que por la ventana del salón entra un hermoso halo de luz que llama mi atención. Me asomo y descubro que es la plateada luz de La Luna. Decido salir a la terraza para verla. Enfrente mío una espléndida luna llena me saluda. Luna inmensa, plateada brillante, redonda, imponente...Su luz que lo ilumina todo, es tan hermosa y potente que oculta incluso, el brillo de muchas estrellas. Me siento en el banco que tengo en la terraza y la contemplo embelesado, en silencio, queriendo conectar con su ser, descubrir su más íntima esencia. Es tan intensa esta relación que me descubro hablando con ella.

-Hola luna ¿Por qué brillas de esa manera?-

-Soy luz de la noche oscura. Alumbro caminos y sueños. Me cantan los poetas y me miran los enamorados. Me buscan los astronautas y me observan lo astrónomos para conocer mi esencia, para analizar mi materia. Pero yo no soy mas que un simple satélite que no tiene luz propia... Solo soy una humilde ráfaga luminosa del reflejo de la luz del sol, que es un bello y gigante faro de luz ardiente de nuestro sistema planetario. Y yo te pregunto, amigo curioso ¿Te sirve esta luz en tus noches oscuras? ¿Proyecto suficiente luz para iluminar el lugar donde te encuentras?-

-¡SIII!, le contesto entusiasmado y aturdido. No esperaba que la luna me contestara.

- Si, así me ves, encendida, brillante, pareciendo que tengo luz propia, pero no es la mía, pues no la poseo. Me ves ahora  luminosa al completo pues ésta es mi mejor cara. Pero no te engañes, tengo también mis lados oscuros. A veces sólo se ilumina una parte de mi cuerpo y muchas otras veces, lo que existe es la oscuridad completa. Aprendo a vivir con ello y por eso ustedes me ponen el nombre de Luna Nueva. Esos momentos, cuando entro en la plena oscuridad, lo regulo en mis ciclos y me preparo a buscar enseguida la luz que reflejo para que, poco a poco, vaya iluminando mi rostro, mi cara. La busco, no solo para sentir luz en mi cuerpo, sino para proyectarla al planeta en el que vives, especialmente en las noches más oscuras, pues intento humildemente acabar con una parte de las tinieblas que te abrazan... Quiero que sepas, además, que yo también poseo mi propias tinieblas, y suele ocurrirme, que cuando menos lo espero, cuando mas plena, brillante y bella estoy algo se interpone entre el sol y mi cuerpo quedando también a oscuras por un tiempo. Aprendo siempre de ello... He ido comprendiendo lo que es un ciclo de vida en la tierra que habitas y cuál es mi propio ciclo y cómo influyo en la tierra  y sus mareas  y cómo la tierra lo hace en mí...-

-¿Quieres decirme, amiga Luna, que los que habitamos en este planeta debemos entender que las tinieblas y la luz forman un todo en la vida del cosmos y que si tú eres las dos caras de una misma moneda, nosotros también somos el reflejo de la luz y las tinieblas?

- Eso es exactamente lo que he querido decir, pero no te olvides que eres tú el que debe decidir qué es lo que quieres ser, entender qué ciclos de la vida quieres vivir y por dónde pasar y cuándo, y en esa decisión descubrir si eres cometa, satélite, planeta o estrella por la luz que proyectas.-

Me quedo en silencio... meditando lo que la luna acaba de decirme... ¡me surgen mil interrogantes pero no me atrevo a seguir preguntándole nada más!

- Gracias Luna por lo que me aportas, por lo que me acabas de aclarar, por lo que me haces descubrir... Gracias. Gracias. gracias... Seguiré meditando sobre lo que me acabas de enseñar-

La Luna me sonríe, me guiña un ojo mientras la va cubriendo una pequeña nube pasajera que queda iluminada en todos sus bordes. Aprovecho el momento. Miro, relajado y con intensidad, al cielo y siento en mí su inmensidad: sus galaxias, estrellas, planetas, satélites, asteroides... que aunque no los distingo a todos sé que existen y se mueven justo encima de mi cabeza.

Entro en mi casa para acostarme. Cierro la puerta de la terraza mientras observo de nuevo a la luna plenamente llena, iluminando toda la finca, pues la nube pasajera ya había pasado... Me doy cuenta que no tengo todas las respuestas que justo ahora me estoy haciendo...

Suelo decir con frecuencia que somos seres de luz pero, esa luz que digo que somos ¿es propia o reflejada? ¿Nos dejamos empapar para proyectar la luz que nos llega, o queremos proyectar nuestra luz porque nos sentimos estrellas? ¿Somos soles proyectando luz, o somos planetas o satélites, cuya luz proyectada es la que nosotros reflejamos? ¿Somos espejos? ¿Qué somos? ¿Qué sientes tú que eres? ¿Qué siento yo que soy? ...

Me acuesto con estos interrogantes. Cierro los ojos. Duermo enseguida. Al despertar en la mañana se me agolpan en mi cerebro cientos de imágenes vividas en la noche de ¿un sueño?...

“Estoy viajando por el universo. De pie voy sobre un cometa. Cruzo nubes de polvo encendidas, nebulosas de todos los colores, galaxias que parecen no terminar nunca... Cúmulos de estrellas viajeras me persiguen; paso por planetas de todas las formas y tamaños moviéndose en torno a un gigante de luz; cruzo por la oscuridad de la materia y la densidad de los agujeros negros; observo la explosión de un estrella y la forma en la que se expande su luz cegadora por el universo. El asteroide en que voy subido acaba su viaje. Se detiene sobre una enana roja. Descubro que a su alrededor se mueven millones de asteroides con millones de personas viajeras. Al lado de cada asteroide observo a seres de luz angelados, casi trasparentes, iluminando cada asteroide y a su viajero. Sus alas son energía encendida que no termina en ninguna frontera. Giro mi cabeza y veo al ser que me acompaña, que se hace visible en este momento. Lo miro. Le doy las gracias, me sonríe, como lo hizo la luna esa noche, se volatiza, desaparece y con él toda la escena”

Abro los ojos, estoy ¿despierto? Me aprieto lo ojos. Me pellizco y tomo conciencia..

Me meto en la ducha y el agua me devuelve a la realidad sintiendo que soy vida evolucionando en la biología de la tierra. ¿Para ser luz en la materia? Respiro y disfruto del agua. Una sonrisa se dibuja en mi cara. La misma sonrisa que la luna me devolviera durante la noche antes de ser cubierta por una nube pasajera... 
¡¡¡YA TENGO MI RESPUESTA!!! ¿LA TIENES TÚ?
Lange Aguiar. 6 de Junio 2020. Noche de luna llena