Dícese
de un ladrón de sueños
que
buscar quiso a su amor por el desierto
y
solo encontró arena, dunas y viento.
antes
de morir de sed
y
que al caer sus lagrimas al suelo
surgió
un hermoso oasis
que
sirve de descanso y sustento
a
los enamorados del camino,
pero
que sus puertas cierra
a
los rufianes y curiosos camelleros,
y
las abre a intrépidos y caminantes bucaneros.
Dícese que murió detrás de la última duna
que
lo llevaba al amor de sus sueños.
Buscando
iba un amor prohibido,
el
amor de su soñado y deseado bucanero
Dícese
que pasado el tiempo
su
enamorado bucanero lo encontró
y
se convirtió en arena de desierto
para
fundirse en el agua del oasis
que
con su llanto al morir
su
amado construyó, para él, con tanto amor
y
sentimiento.
Pero
al entrar en tu oasis,
tu
cofre, tu llanto, tus arenas,... no veo.
Mis
sueños existen y el oasis también.
Está
muy cerca del mar.
En
la última montaña
de
la que se vislumbran
las
velas de un navío enterrado
y
el tesoro que lo ocultan.
Lange
Aguiar 2019