LA BELLA TINDAYA
Y LA ESFERA ANARANJADA DE CRISTAL DE LUZ
BÚSQUEDA DEL TESORO
LA OLIVA. FIESTA DEL ROSARIO
AÑO 2006.
Autor: LANGE AGUIAR
Tindaya era una mujer muy hermosa, bondadosa y servicial . La fama de su belleza cruzaba de lado a lado las Islas Afortunadas e incluso llegaba a los confines del mundo, superando las barreras del mar. Muchos navegaban a la isla Capraria, isla en la que habitaba, para conocerla y recibir sus sonrisas, consejos y escuchar sus sabias palabras, pues su fama no era solo por su hermosura, sino por su dotes de sanación, magia y sabiduría. Lo que nadie sabia era de donde le venía a Tindaya tales poderes y conocimientos. Tampoco conocían su procedencia, pues había llegado a la isla, hacia ya muchos, muchísimos años, a bordo de una nave misteriosa. Le acompañaban grandes hombres fornidos de piel anaranjada que, después de haber estado con ella un cierto tiempo, decidieron regresar al mundo del que habían venido. Antes de marchar. construyeron para ella. al norte de Capraria. una gran pirámide en forma de montaña con una piedra muy especial que habían encontrado en la Isla y a la que le habían añadido una sustancia especial con la que le daban color y las endurecían enormemente. En el interior de la montaña realizaron una profunda cueva cubierta de bellas piedras anaranjadas y doradas que entregaron a la hermosa Tindaya para que la habitara.. En su exterior dejaron grabados las huellas de sus pies para que las generaciones futuras supieran de su presencia en aquella ISLA maravillosa y luminosa isla.
Cuando se subieron a la nave, Olívaron, que así se llamaba el jefe de aquellos fornidos hombres, sacó de su interior una resplandeciente bola de luz de cristal anaranjado y se la entregó a Tindaya, diciéndole que no la perdiera, ni que dejara que se la robaran, pues en dicha bola se escondía toda la sabiduría de su pueblo y todos los poderes que ella deseara. Tindaya cogió la bola entre sus temblorosas manos, mientras la nave desaparecía. La luz anaranjada que desprendía la bola de cristal, se apagó al desaparecer la nave de la vista de la hermosa Tindaya. Ella guardó en lugar seguro la esfera, a la que recurría cada vez que la necesitaba. Alzaba las manos y uniéndolas entre si, la esfera se encendía y transmitía todo lo que Tindaya deseara saber, conocer o realizar.
Habían pasado muchos años, cientos, y Tindaya seguía siendo joven y hermosa y su fama corría por todas las naciones. Muchos gobernantes, corsarios, reyes y príncipes, querían hacerse con el secreto de Tindaya, pero no sabía como hacerlo, hasta que un día decidieron reunirse varios de ellos y tenderle una trampa a Tindaya, pues eran muy pocos los que conocían la entrada secreta de la cueva en la que habitaba.
El malvado rey Maxolén, que gobernaba el vasto Reino de los Hispalenses, logró sobornar, a través del gobernador de la isla conocido como el señor Coronel, a una de sus mujeres, Tibiabín, que vivía en el Podomórfico Pueblo de la Pirámide-Montaña que ya empezaba a conocerse como la Casa de Tindaya.
Tibiabín, engañada por el señor Coronel, contó a éste el poder que encerraba la maravillosa Esfera de Cristal de Luz de Tindaya, sin darse cuenta del engaño a la que estaba siendo sometida. Por un abuso de confianza, esta Maga Mujer, estaba revelando uno de los más hermosos secretos de la isla en la que habitaba. Sufriría por ello más adelante.
Al enterarse, por el Coronel, de donde le venían a Tindaya sus poderes, el Rey Maxolén quiso arrebatarle la esfera mágica y poderosa del interior de su cueva. Hasta allí mandó a uno de sus más aguerridos y fieles capitanes, Lajarón, famoso por sus hazañas, su fuerza y su belleza varonil.
De forma inmediata, y obedeciendo la orden de su Rey, Lajarón zarpó, desde uno de los más famosos puertos del Reino Hispalense, hacia la isla Capraria, recalando en unas bellas y trasparentes caletas, que llamaban del Cotillo, en el norte de la Isla. Apenas puso pie en la misma, se dirigió, con su ejército, hacia el lugar de la famosa Pirámide-Montaña.
Antes de penetrar en su valle sagrado, Lajarón estableció su poblado muy cerca de unas tabaibas gigantes, de más de cinco metros de altura y que hoy se conoce como Lajares, dejando al mando del mismo a su primo Malpey y llevándose consigo a un joven y converso aborigen, llamado Majanich
Antes de partir, junto a Majanich y Malpey, organizó su Plan. Todos sabían que por la fuerza no conseguiría engañar a la Bella Tindaya, así que decidió usar su cualidades de apuesto galán y enamorarla para así entrar en sus aposentos y hacerse con la mágica esfera.
Así fue, unos dias después, y con la inestimable ayuda de Majanich y y de la Maga Tibiabín, aún ignorante de las verdaderas intenciones del apuesto capitán Hispalense, Lajarón consiguió hacerse con el corazón de Tindaya. Ésta, en un descuido de amor, introdujo a su enamorado en sus sagrados y secretos aposentos. Lajarón quedó asombrado al entrar en el interior de la maravillosa Cueva Dorada y Anaranjada de su amada. Lajarón al ver la esfera decidió cogerla entre sus manos y escapar con ella, pero la esfera, de forma inmediata, se tornó oscura y gris lanzando truenos y relámpagos en el interior de la Pirámide Montaña. Tindaya se dio cuenta entonces del engaño y pronunciando unas palabras mágicas, selló la entrada de la cueva para siempre, quedándose encerrada en su interior con su falso amante Capitán Lajarón.
Tibiabín, al descubrir el engaño al que había sido sometida y arrepentida de su acción, por desvelar el secreto de Tindaya, intentó solucionar el problema, pero no podía hacerlo: solo el corazón limpio de unos niños rompería el hechizo de TINDAYA. Así que decidió transmitir a todas las mujeres de su pueblo, para que cuando fueran madres, sus hijos y los hijos de sus hijos, se comprometieran a luchar por buscar y encontrar las palabras mágicas que abrirían la hermosa Casa-Cueva de Tindaya y volver a recuperar para el bien de la Isla, la Mágica Esfera de Cristal de Luz y volver a la vida a la amada, bella y deseada Mujer de piel Anaranjada. Tibiabín conocia las palabras mágicas pero las escondió por diferentes lugares del norte de la isla, especialmente por lo que hoy se conoce como La Oliva, para que si algunas vez algunos niños, de corazón limpio, pudiesen encontrarlas, y pronunciándolas al unísono, rompieran el hechizo, abriendo, con ello, una hermosa puerta de luz en la montaña y descubriendo así el secreto del corazón de la Pirámide-Montaña Sagrada de TINDAYA: la Mágica Fuerza de la Esfera de Cristal de LUZ del Reino de la Isla Maxorera.
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Nota para los organizadore de esta búsqueda del Tesoro.
COMO SUGERENCIA, y siguiendo la historia aquí contada, como final de la búsqueda del tesoro, las frases mágicas que se podrían construir (PUEDEN SER OTRAS CUALQUIERAS, PERO RELACIONADAS CON LA HISTORIA) y organizándolas en plan puzzle, serían:
“LUZ DORADA DE CAPRARIA ABRE LA ENTRADA DE TINDAYA”
“ESFERA ANARANJADA DE TINDAYA, SALVA A LA ISLA MAXORATA”
Para completar el puzzle final, los equipos organizados de niños y niñas, deben conservar las palabras que irán siendo entregadas por los diferentes personajes que se van encontrando por el camino, o bien, buscándolas, a través de las diferentes pistas que se van dejando por diferentes lugares, donde se desarrolle la búsqueda del tesoro.
Es conveniente usar un lenguaje secreto o código alfabético de señales que sustituya el lenguaje al uso para tener que descifrar su contenido en los mensajes escritos que se encuentren o se les entregue. No es necesario que sean todas las palabras de los empajes. Hay que tener en cuenta las edades y el nivel de los participantes en la búsqueda del tesoro.
El tesoro podría ser encontrar la Bola de Cristal, que tiene que ser encontrada por algún equipo, o, bien, que la guarde, hasta el final, el Gran Mago/a de Ceremonias de toda la historia o la entregue la propia Tindaya, una vez que hayan unidos las palabras y formado las frases correspondientes. Cuando ello ocurra realizar el conjuro todos juntos, si puede ser, a la luz de una hoguera y con efectos de luces y sonido. Sería interesante añadir algún elemento a la historia final.
Hay que darle a los niños que participen, algún regalo , que bien podría ser una pequeña esfera de cristal anaranjado. ¿Canicas o boliches? Y que proyecten sobre él sueños e ilusiones de mejorar el mundo en el que viven.
Y LA ESFERA ANARANJADA DE CRISTAL DE LUZ
BÚSQUEDA DEL TESORO
LA OLIVA. FIESTA DEL ROSARIO
AÑO 2006.
Autor: LANGE AGUIAR
Tindaya era una mujer muy hermosa, bondadosa y servicial . La fama de su belleza cruzaba de lado a lado las Islas Afortunadas e incluso llegaba a los confines del mundo, superando las barreras del mar. Muchos navegaban a la isla Capraria, isla en la que habitaba, para conocerla y recibir sus sonrisas, consejos y escuchar sus sabias palabras, pues su fama no era solo por su hermosura, sino por su dotes de sanación, magia y sabiduría. Lo que nadie sabia era de donde le venía a Tindaya tales poderes y conocimientos. Tampoco conocían su procedencia, pues había llegado a la isla, hacia ya muchos, muchísimos años, a bordo de una nave misteriosa. Le acompañaban grandes hombres fornidos de piel anaranjada que, después de haber estado con ella un cierto tiempo, decidieron regresar al mundo del que habían venido. Antes de marchar. construyeron para ella. al norte de Capraria. una gran pirámide en forma de montaña con una piedra muy especial que habían encontrado en la Isla y a la que le habían añadido una sustancia especial con la que le daban color y las endurecían enormemente. En el interior de la montaña realizaron una profunda cueva cubierta de bellas piedras anaranjadas y doradas que entregaron a la hermosa Tindaya para que la habitara.. En su exterior dejaron grabados las huellas de sus pies para que las generaciones futuras supieran de su presencia en aquella ISLA maravillosa y luminosa isla.
Cuando se subieron a la nave, Olívaron, que así se llamaba el jefe de aquellos fornidos hombres, sacó de su interior una resplandeciente bola de luz de cristal anaranjado y se la entregó a Tindaya, diciéndole que no la perdiera, ni que dejara que se la robaran, pues en dicha bola se escondía toda la sabiduría de su pueblo y todos los poderes que ella deseara. Tindaya cogió la bola entre sus temblorosas manos, mientras la nave desaparecía. La luz anaranjada que desprendía la bola de cristal, se apagó al desaparecer la nave de la vista de la hermosa Tindaya. Ella guardó en lugar seguro la esfera, a la que recurría cada vez que la necesitaba. Alzaba las manos y uniéndolas entre si, la esfera se encendía y transmitía todo lo que Tindaya deseara saber, conocer o realizar.
Habían pasado muchos años, cientos, y Tindaya seguía siendo joven y hermosa y su fama corría por todas las naciones. Muchos gobernantes, corsarios, reyes y príncipes, querían hacerse con el secreto de Tindaya, pero no sabía como hacerlo, hasta que un día decidieron reunirse varios de ellos y tenderle una trampa a Tindaya, pues eran muy pocos los que conocían la entrada secreta de la cueva en la que habitaba.
El malvado rey Maxolén, que gobernaba el vasto Reino de los Hispalenses, logró sobornar, a través del gobernador de la isla conocido como el señor Coronel, a una de sus mujeres, Tibiabín, que vivía en el Podomórfico Pueblo de la Pirámide-Montaña que ya empezaba a conocerse como la Casa de Tindaya.
Tibiabín, engañada por el señor Coronel, contó a éste el poder que encerraba la maravillosa Esfera de Cristal de Luz de Tindaya, sin darse cuenta del engaño a la que estaba siendo sometida. Por un abuso de confianza, esta Maga Mujer, estaba revelando uno de los más hermosos secretos de la isla en la que habitaba. Sufriría por ello más adelante.
Al enterarse, por el Coronel, de donde le venían a Tindaya sus poderes, el Rey Maxolén quiso arrebatarle la esfera mágica y poderosa del interior de su cueva. Hasta allí mandó a uno de sus más aguerridos y fieles capitanes, Lajarón, famoso por sus hazañas, su fuerza y su belleza varonil.
De forma inmediata, y obedeciendo la orden de su Rey, Lajarón zarpó, desde uno de los más famosos puertos del Reino Hispalense, hacia la isla Capraria, recalando en unas bellas y trasparentes caletas, que llamaban del Cotillo, en el norte de la Isla. Apenas puso pie en la misma, se dirigió, con su ejército, hacia el lugar de la famosa Pirámide-Montaña.
Antes de penetrar en su valle sagrado, Lajarón estableció su poblado muy cerca de unas tabaibas gigantes, de más de cinco metros de altura y que hoy se conoce como Lajares, dejando al mando del mismo a su primo Malpey y llevándose consigo a un joven y converso aborigen, llamado Majanich
Antes de partir, junto a Majanich y Malpey, organizó su Plan. Todos sabían que por la fuerza no conseguiría engañar a la Bella Tindaya, así que decidió usar su cualidades de apuesto galán y enamorarla para así entrar en sus aposentos y hacerse con la mágica esfera.
Así fue, unos dias después, y con la inestimable ayuda de Majanich y y de la Maga Tibiabín, aún ignorante de las verdaderas intenciones del apuesto capitán Hispalense, Lajarón consiguió hacerse con el corazón de Tindaya. Ésta, en un descuido de amor, introdujo a su enamorado en sus sagrados y secretos aposentos. Lajarón quedó asombrado al entrar en el interior de la maravillosa Cueva Dorada y Anaranjada de su amada. Lajarón al ver la esfera decidió cogerla entre sus manos y escapar con ella, pero la esfera, de forma inmediata, se tornó oscura y gris lanzando truenos y relámpagos en el interior de la Pirámide Montaña. Tindaya se dio cuenta entonces del engaño y pronunciando unas palabras mágicas, selló la entrada de la cueva para siempre, quedándose encerrada en su interior con su falso amante Capitán Lajarón.
Tibiabín, al descubrir el engaño al que había sido sometida y arrepentida de su acción, por desvelar el secreto de Tindaya, intentó solucionar el problema, pero no podía hacerlo: solo el corazón limpio de unos niños rompería el hechizo de TINDAYA. Así que decidió transmitir a todas las mujeres de su pueblo, para que cuando fueran madres, sus hijos y los hijos de sus hijos, se comprometieran a luchar por buscar y encontrar las palabras mágicas que abrirían la hermosa Casa-Cueva de Tindaya y volver a recuperar para el bien de la Isla, la Mágica Esfera de Cristal de Luz y volver a la vida a la amada, bella y deseada Mujer de piel Anaranjada. Tibiabín conocia las palabras mágicas pero las escondió por diferentes lugares del norte de la isla, especialmente por lo que hoy se conoce como La Oliva, para que si algunas vez algunos niños, de corazón limpio, pudiesen encontrarlas, y pronunciándolas al unísono, rompieran el hechizo, abriendo, con ello, una hermosa puerta de luz en la montaña y descubriendo así el secreto del corazón de la Pirámide-Montaña Sagrada de TINDAYA: la Mágica Fuerza de la Esfera de Cristal de LUZ del Reino de la Isla Maxorera.
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Nota para los organizadore de esta búsqueda del Tesoro.
COMO SUGERENCIA, y siguiendo la historia aquí contada, como final de la búsqueda del tesoro, las frases mágicas que se podrían construir (PUEDEN SER OTRAS CUALQUIERAS, PERO RELACIONADAS CON LA HISTORIA) y organizándolas en plan puzzle, serían:
“LUZ DORADA DE CAPRARIA ABRE LA ENTRADA DE TINDAYA”
“ESFERA ANARANJADA DE TINDAYA, SALVA A LA ISLA MAXORATA”
Para completar el puzzle final, los equipos organizados de niños y niñas, deben conservar las palabras que irán siendo entregadas por los diferentes personajes que se van encontrando por el camino, o bien, buscándolas, a través de las diferentes pistas que se van dejando por diferentes lugares, donde se desarrolle la búsqueda del tesoro.
Es conveniente usar un lenguaje secreto o código alfabético de señales que sustituya el lenguaje al uso para tener que descifrar su contenido en los mensajes escritos que se encuentren o se les entregue. No es necesario que sean todas las palabras de los empajes. Hay que tener en cuenta las edades y el nivel de los participantes en la búsqueda del tesoro.
El tesoro podría ser encontrar la Bola de Cristal, que tiene que ser encontrada por algún equipo, o, bien, que la guarde, hasta el final, el Gran Mago/a de Ceremonias de toda la historia o la entregue la propia Tindaya, una vez que hayan unidos las palabras y formado las frases correspondientes. Cuando ello ocurra realizar el conjuro todos juntos, si puede ser, a la luz de una hoguera y con efectos de luces y sonido. Sería interesante añadir algún elemento a la historia final.
Hay que darle a los niños que participen, algún regalo , que bien podría ser una pequeña esfera de cristal anaranjado. ¿Canicas o boliches? Y que proyecten sobre él sueños e ilusiones de mejorar el mundo en el que viven.
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