Ellos no tienen la culpa de ser negros, de vivir sometidos por las grandes potencias del mundo y por los dirigentes, marionetas , de sus propios países.
¿Protestar? ¿Te parece poca protesta tomar conciencia
de lo que ocurre en sus países de muerte,
dejando todo atrás para vivir un camino incierto y de posible muerte?
¿Es poca la protesta salir a la calle y sellar sus bocas
a golpes de metralleta,
dejar desgarros de su piel en alambradas de muertes?
Aquí exigen justicia cuando deambulan por las calles descalzos,
sin rumbo, sin comida, sin destino definido;
cuando llegan a las playas desnudos, deshidratados, con huellas en sus ojos,
con hambre en su mirada, con desgarros en su alma...
Igual que allí, que no saben de fronteras sino de existencias de vida,
porque aquí y allí, viven sobre la tierra,
un hogar común que viaja a miles de kilómetros de velocidad
por el universo, por la galaxia entera.
Porque, allí y aquí, somos una única familia:
la humanidad, que habita este planeta.
No me imagino poniendo vallas en nuestras casas
para transitar de una habitación a la otra
para que algunos de nuestros miembros
no invadan las habitaciones de los otros.
Gaia es nuestro hogar,
pero no lo sentimos así.
¿Qué hacer?
(c) Lange Aguiar.
Islas Canarias.