No se equivoca el río cuando
al encontrar una montaña en su camino,
retrocede para seguir avanzando hacia el mar;
se equivoca el agua
que por temor a equivocarse,
se estanca y se pudre en la laguna.
No se equivoca la semilla
cuando muere en el surco
para hacerse planta;
se equivoca aquella que por no morir
bajo la tierra renuncia a la vida
que de su vientre pariera.
No se equivoca el pájaro
que lanzándose en su primer vuelo
cae al suelo y lo vuelve a intentar
para aprender a volar...
se equivoca aquel
que por temor a caerse
renuncia a volar
para seguir en el nido
por su seguridad.
No se equivoca el hombre
que ensaya distintos caminos
para sus temores superar,
se equivoca aquel
que por temor a equivocarse
nunca acciona su despertar.
Se equivocan aquellos
que no saben aceptarse,
porque ser hombre es buscarse
a sí mismo cada día,
sin nunca plenamente encontrarse.
El error más grande se comete
cuando, por temor a equivocarse,
dejamos de hacer los que es necesario
en el viaje de la VIDA
aunque las dudas nos asalten.
(c) Lange Aguiar
ISLAS CANARIAS.