Viajar sin alas, soñar sin sueños...
Volar muy dentro; amar la vida con sentimiento de ser acción lanzada al viento...
Disfrutar de nuestros sentidos. Dar rienda suelta a lo que sentimos. Descubir la hermosura de lo que vivimos. Ser trasmisores y receptores de de un mundo más humano, más divino.