Y vi tu luz cegadora que me arrastró
al borde del abismo.
Allí comprendí la levedad de mi alma
Allí escuché el rugir de la fiera.
Allí se estremeció mi cuerpo
y lloré con ganas...Sentí escalofríos...
me agarré con fuerza al árbol
que esbelto crecía justo encima del abismo.
Allí, en la inmensidad de mi soledad,
grité fuerte, alto, y claro con un
¡SI QUIERO vivir en el AMOR!
Tu luz desapareció de mi lado,
se introdujo en mis células
expandiéndose por todo mi Ser...
¡me volví luz...!
Luz que iluminó el sendero que se abrió frente a mis ojos
convirtiendo el abismo, en el que estaba suspendido,
en una hermosa pradera
de sinfonías y colores de músicas y flores.
Tu Luz era mi Luz.
Tu ser era mi Ser.
Tu esencia era la mía
y allí comencé a caminar con nuevas formas
con nuevas maneras de mostrar EL AMOR.
Te sentí fundido en mi cuerpo.g
Experimenté tu eternidad en la mía
y volví a gritar con fuerza
¡¡SOY EL QUE SOY PORQUE SOY TÚ
y TÚ ERES YO!!
Se abrió ante mí una pantalla inmensa
donde experimenté, y proyecté el sufrimiento, la alegría,
el dolor, el placer.
la frustración, la ira, …
todas y cada una de las emociones,
todos y cada uno de los sentimientos
y me dije, ”merece la pena estar vivo en este planeta,
merece la pena ser luz en las tinieblas...”
y... desperté sabiéndome sabio de la vida,
dando gracias por respirar el aire puro y viciado de la tierra.
Lange Aguiar.
Domingo de resurrección del 2019
#creacionesliterarias
#Langeaguiaronvirtiendo
