De humilde cuna y hermosa mujer.
Pronto aprendió la dureza de la vida,
Tomando conciencia de sentir el sentimiento
Y vivir en sus carnes el ser niño trabajador.
Jaime, lloró de rabia en los rincones amados
De su tierra del norte.
Se prometió luchar
Contra el dolor y el sufrimiento de lo injusto,
De lo contra fraterno.
Se comprometió a denunciar a los cuatros vientos
Que podemos ser iguales,
Que la igualdad entre los humanos es un derecho
Que emana por ser hijos todos del universo,
Hijos del Gran Creador que nos regala el aliento.
Jaime soñó con un mundo hermoso,
Donde el amor fuera su reino
Y se proyectó en el alma noble de una bella dama,
Mujer hermosa de ojos profundos
Que sólo con su presencia emanaba
el amor del cosmos
presente en su rostro, reflejado en su cara.
Lola lo amó, entregó su alma por ese amor
Ofreciendo seis hijos y su eterna sonrisa de vida
y todo su universo de luz y energía.
Hizo posible en lo cotidiano el mundo que Jaime soñó
Y con otros muchos, parte de ese camino construyó.
Jaime soñó y se vio viejo, cansado, enfermo
Pero sintiendo en cada aliento de su vida
El amor del Padre, la entrega del Hijo, la sonrisa de Lola
Y el respeto de su familia y de sus amigos.
Sólo nació, desnudo vino,
Pero desnudo no se va, no con las manos vacías.
Hoy, solo Jaime no está construyendo su sueño,
Miles de manos, miles de cuerpos
Construyen con él el mundo soñado,
Un mundo mucho más perfecto.
Mundo que se proyecta en sus hijos,
y que lo viven, en el día a día,
sus propios nietos.
Jaime luchó en épocas duras por la paz y la igualdad,
Por la justicia social y la libertad.
Líder fue sin pretenderlo.
De otros se convirtió, sin buscarlo ni quererlo, en referencia
Ahí esta su gloria, ahí se encuentra su grandeza.
Líder en el silencio, líder en sus acciones, líder en el verbo,
De una Hermandad Obrera que hizo bandera de libertad
En cada uno de sus gestos.
Jaime otorga, Jaime habla, Jaime ama
Y Lola calla y se esfuerza en ser la compañera amada
La siempre y eterna amada compañera del alma,
Experimentando en su interior las contradicciones de sus sueños,
El sufrimiento de sus deseos y el dolor de la Ausencia.
Jaime ahora observa, siente, y espera,
Aprendiendo aún en su vida que el amor no es un sueño,
Que el Amor mismo es su esencia.
Que tiene que vivirlo en cada una de sus acciones,
En cada uno de sus pensamientos,
y experimentarlo, en cada una de su células.
Sentir que la VIDA, que su vida,
Forma parte de un proyecto hermoso
que tiene nombre propio
y que él, con su existencia,
aún no comprendiéndolo del todo,
sentido le diera.
Gracias Jaime por ser luz en el camino de nuestras vidas.
Por ser una humilde y hermosa referencia,
aún sin pretenderlo y en eso reside siempre tu grandeza.
Gracias, gracias, gracias, amado amigo, compañero de viaje,
Amado padre y abuelo de referencia de nietos amorosos
y de una esposa fiel y eterna que sonriente siempre espera.
Gracias Jaime, gracias por permitirte sentir el abrazo de Uriel
El bisnieto amado que el universo nos diera
y que el once en vuestras vidas
marcarán el ritmo de unas sagradas fechas.
Lange Aguiar (Miguel Díaz )
11 Junio del 2012
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