¡¡¡¿UNA CARTA A UNO MISMO?!!!... ¿HAY PODER EN EL SILENCIO?
Unas palabras que viajan al interior, a lo mas profundo de los pensamientos, para no hablar, para no decir, para que las palabras no viajen, por oscuros senderos al salir desbocadas con hirientes verbos. Callar, controlar el deseo de herir y guardar silencio.
Un silencio no querido pero necesario en algunos momentos del camino por el que transita mi cerebro. Puede ser que sea el miedo, o puede ser que sea para no generar daño innecesario en el exterior, en uno mismo o en lo seres más queridos.... ¿Se es por ello indigno? ¿Se es por ello falso o no sincero?...
Muchas veces el silencio nos hace cómplices, es cierto... pero otras veces el silencio es una gran medicina. ¿Cómo saberlo? Ahí reside el entendimiento. Ahí está la sabiduría. ¿Cómo se adquiere? Escribiendo cartas sin dirección; aprendiendo a observar cada paso del camino; aprendiendo a medir las consecuencias de las palabras pronunciadas o pensadas; a reconocer cada uno de los sentimientos, cada una de las emociones cuando dejamos que sean ellas las que hablen por nosotros, que también somos, pero que no dicen lo que de verdad queremos. ¿O sí? ¿Qué poder el silencio guarda, que nos convierte en seres ¿Indefensos? ¿Permisivos? ¿Sufrientes? ¿Enigmáticos? ¿Tímidos? ¿Prudentes? Somos palabras, somos silencio ¿Dónde se guarda el tesoro de lo Justo en cada momento?
(c)Lange Aguiar
Canarias