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14 oct 2025

Taller de creación literaria Alisios de verso y prosa. ACTE CANARIAS


EL VIAJE DE AÑIL Y EL DESCUBRIMIENTO DE SU ESENCIA BLANCA

En la inmensidad silenciosa donde nacen las estrellas, surgió un ser muy especial, una luz de un blanco azulado llamado Añil. Él se sentía que flotaba, que era una chispa incierta en un cosmos de certezas. ¿Era su brillo azul un regalo o una carga? Si su propia luz blanca interna no lograba convencerle de su valor ¿Qué podía hacer para entenderse? Y Se puso en marcha. Quería viajar por el universo y a medida que se movía, Añil pulsaba con la energía de un mundo lleno de tonalidades, de colores infinitos. Iba buscando respuestas en cada destello que encontraba en su camino, en cada tonalidad, en cada reflejo. Cuando Añil se puso en marcha, no hubo un adiós, solo una promesa silenciosa al vacío, pues Añil sabía, desde lo mas profundo de su SER que era una criatura de luz nacida para deslumbrar y por eso emprendió su viaje a través del cielo añil que llevaba su nombre, impulsado por la imperiosa necesidad de encontrar un eco, un espejo que le revelara quién era en verdad. Con cada encuentro, su luz vibraba con esperanza, mientras su esencia buscaba reflejos que pudieran validar su existencia. En su travesía, cada color y cada ser se convertían en un fragmento de su propio ser, como si el universo entero intentara ayudarle a descifrar su misterio. No estaba siendo consciente que en él residían todos los colores, todas las tonalidad, pues en él estaba el Todo, aunque su reflejo fuera azulado, solo le daba al blanco mayor brillantez.

En un momento cumbre de autodescubrimiento, Añil se encontró frente a otro Añil como él, un espejo que devolvía su propia luz. En ese instante preciso, una mezcla de asombro y reconocimiento inundó su ser. Era como si todas las dudas se desvanecieran en el aire, dejando solo la pureza de la conexión. La luz de Añil se expandió, transformando todo lo que tocaba, iluminando el espacio que lo rodeaba con una claridad que nunca había experimentado y que se reflejaba de maravilla, en las tonalidades de su hábitat, el cielo, y en el mar, que era su espejo, pues decidió quedarse a vivir en aquel hermoso planeta llamado GAIA, la tierra, y que otros seres llamaba la Pachamama.

Ahora consciente de su valor, Añil comprendió que su búsqueda no solo era personal, sino que resonaba en el corazón del cosmos, de los habitantes de aquel hermoso planeta. Su luz, que había buscado ser validada, se volvió un faro para otras luces inciertas y así, Añil no solo se encontró, sino que se hizo encontrable. Su luz, ahora se convirtió en un pulso constante del corazón del universo y del sistema solar en que tenía su hogar. Añil recordaba a cada color, a cada ser, que la verdadera esencia no se busca fuera, sino que se despierta dentro, lista para teñir el mundo con su propia y única verdad, haciéndolo más luminoso en el blanco de la paz, la verdad, la equidad y la justicia social.


Así, en ese proceso evolutivo, Añil se entrelazaba, con cada corazón que deseaba evolucionar, no como un ser conquistador, sino como un susurro ancestral que recordaba la profunda verdad que sabía que llevaba grabada en su ESENCIA más pura: que somos fragmentos de la misma luz, que nuestra búsqueda es la búsqueda de todos, y que siendo auténticos y escuchando nuestro interior, tejemos el cielo mismo con hilos de pura esperanza. Así, el viaje de Añil se convirtió en un viaje compartido, un testimonio de que, en la búsqueda de uno mismo, se encuentra el eco de toda la existencia, haciendo que cada color, que cada tonalidad, que cada diversidad... sepa, descubra, tome conciencia de que forma parte del blanco más absoluto del universo en el que habita AÑIL y al final, para que recordaran este signo de vida mas puro con el Blanco Absoluto decide, proyectar parte de su luz transformadora y encarnarse en diversas y hermosas plantas siendo la mas bella la planta Indigofera tinctoria, 


y que todas ellas elaboraran esas maravillosas flores azules, para producir, en forma química y en pequeñas pastillas de un azul añil inconfundible, o en un maravilloso polvo azul para que diera mayor brillantez a las blancas sábanas de sus hermanos terrícolas, les ayudara a elaborar hermosos dibujos, a digerirlos para mejorar sus digestiones, a curar algunas de sus enfermedades, a fertilizar el suelo y a embellecer los rostros de aquellas personas que quisieran usarlo como cosmética... Así AÑIL consiguió que su nombre fuera parte del agua de la limpieza y la transformación, del crecimiento y sanación, de vida y evolución en la Tierra aunque muchos empezaran a llamarlo Índigo. GRACIAS AÑIL POR SER PARTE DE NUESTRA IDENTIDAD MAS NOBLE y traernos los luminosos niños índigos en esta nueva era.

Lange Aguiar. Octubre 2025