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5 sept 2024

Poema del libro Ser de Luz, Hijo de la Tierra.

 MI NACIMIENTO COMO DESTINO






Aquí estoy en medio de la no nada,
viajando en una pequeña gran esfera
por un no espacio y no tiempo
en el finito infinito de mi pensamiento.
La luz me ahoga,
las tinieblas me abrazan,
grito en mi espacio sordo
de palabras huecas
que acorazan un corazón
que no resuena
y sepultan un alma vieja,
cansada y a la espera
El camino está marcado,
y no lo quiero.
El sendero del destino
es un cáliz que no bebo.
El guión escrito en mis venas
se difumina
apareciendo nuevas letras
en mis células viejas .
Mi sangre las invaden, en el ahora,
potenciando mi sordera,
ceguera,
carrera...
por un túnel que se alarga,
se estira...
alejando la luz que enmarca
la esperada meta.
Aquí estoy,
en silencio,
en medio de la no nada,
siendo libre para romper
mi guión escrito
que yo mismo escribiera
como mi destino
en otro espacio,
en otro tiempo
con torcidas,
borrosas,
ilegibles...
letras de fuego.
El viento del túnel me devuelve
un grito remoto
lanzado en su momento
desde una acantilada cueva
¿Quién dices QUÉ Y QUIÉN SOY,
si no tengo esa conciencia?
DIME...
¿Qué hago en este extraño y hermoso
PLANETA?
El espejo me devuelve una imagen
que reconozco como la mía.
Al mirar en mis ojos
veo
un universo inmenso que se abre ante mí,
que me proyecta hacia mi interior
como un viaje en el tiempo.
¿Soy, en verdad lo que soy o lo que
me permito ser
en este estado inconsciente
en el que danza alocada mi mente
y en la que mi alma,
guión en mano,
una misión desconocida,
me devuelve?
Se apagó
ante mis ojos la luz...
que me acompañaba
en el túnel del no tiempo.
Se borró
de mi mente
todo mensaje escrito.
Voló
de mi lado
mi propia historia
y justo en ese momento
respiré
el aire de este planeta.
(c) Lange Aguiar
De mi poemario “Ser de Luz, Hijo de la Tierra”
Ilustración: Yrichen Bencomo
Puede ser un garabato