La abeja y la flor
Desde el cielo se ve una flor
crecer buscando el sol.
Las estrellas sonríen al verla
y el Padre le ofrece de sí lo mejor:
su belleza, SU ESENCIA
su amor...
La flor sonríe
y creció, creció, creció...
y al llegar a la luna
todo lo comprendió.
Dios no estaba en lo alto
¡DIOS era su corazón!
Decidió bajar a la tierra
Y a una abeja le dio su color,
su dulzura, SU ESENCIA
y por ella murió
para estar siempre viva
junto a los rayos del sol.
Lange Aguiar
13-Febrero-2002