¿LUNA O SOL? ¿LOBO O
ESTRELLA
¿QUE SOY
Apago la televisión para
irme a la cama, son casi la una de la madrugada. Se había acabado la
película que estaba viendo y la verdad es que me quedé con un sabor agridulce en la boca. La historia de amor entre la luna y un hombre
en la que cada noche de luna llena se convertía en un lobo errante,
buscador de amores inciertos. Al apagar la televisión me doy cuenta
que entra por la ventana del salón la luz de la luna y decido salir
fuera a la terraza para verla en todo su esplendor y un extraño hormigueo me atenaza el estómago. Era una espléndida luna llena que
lo ilumina todo, ocultando incluso, la luz de muchas estrellas. Luna
inmensa, plateada brillante, redonda, imponente... Me siento en el
banco y la contemplo embelesado. Comienzo a temblar y un impulso
descontrolado me hace hablar con ella. Es un diálogo mudo, solo lo realizo con el pensamiento:
-Hola luna ¿Por qué
brillas de esa manera?-
Siento en mi interior una
voz femenina, vibrante, que habla conmigo contestando a mi pregunta:
-Soy luz de la noche
oscura. Alumbro caminos y sueños. Me cantan los poetas y me miran
los enamorados. Me buscan los astronautas y me observan lo astrónomos
para conocer mi esencia, para analizar mi materia. Los lobos aullan
al ver o sentir mi presencia...pero... yo no soy más que un simple
satélite que no tiene luz propia... Solo soy una humilde ráfaga
luminosa del reflejo de la luz del sol, que es un bello y gigante
faro de luz ardiente de nuestro sistema planetario. Y yo te
pregunto, amigo curioso ¿Proyecto luz iluminando el lugar donde te
encuentras? ¿Te sirve esa luz en tus noches oscuras? -
-¡SIII!, le contesto
entusiasmado y aturdido. No esperaba que la luna me contestara de esa
manera tan clara.
- Si, así me ves,
encendida, pareciendo que tengo luz propia, pero no es la mía, pues
no la poseo. ¿Me ves luminosa al completo ahora? Pero no te
engañes, tengo también mis lados oscuros. A veces solo queda
iluminada una parte de mi cuerpo y muchas otras veces lo que tengo es
oscuridad al completo. Aprendo a vivir con ello. Lo regulo en mis
ciclos y cuando entro en la plena oscuridad, me dispongo a buscar
enseguida la luz que me alumbra para que, poco a poco, vaya
iluminando de nuevo mi rostro. Y la busco no solo para sentir luz en
mi cara, sino para proyectarla al planeta en el que vives,
especialmente en las noches más oscuras... pues intento
humildemente acabar con una parte de las tinieblas... Además quiero
que sepas que yo también poseo mi propias tinieblas, y suele
ocurrirme, a veces, que cuando menos lo espero, cuando mas plena,
brillante y bella estoy... algo se interpone entre el sol y mi cuerpo
quedando también a oscuras por un tiempo. Aprendo siempre de ello...
He ido comprendiendo lo que es un ciclo de vida en la tierra que
habitas y cuál es mi propio ciclo y cómo influyo en la tierra y la
tierra en mí...-
-¿Quieres decirme, amiga
Luna, que los que habitamos en este planeta debemos entender que las
tinieblas y la luz forman un todo en la vida del cosmos y que si tú
eres las dos caras de una misma moneda, nosotros también somos el
reflejo de la luz y las tinieblas?
- Eso es exactamente lo
que he querido decir, pero no te olvides que eres tú el que debe
decidir qué ser, entender qué ciclos de la vida quieres vivir y
por dónde pasar y cuándo.-
Me quedo en silencio...
meditando lo que la luna acaba de decirme... ¡me surgen mil
interrogantes pero no me atrevo a seguir preguntándole nada más!
Siento una gran atracción hacía ella y comienzo a entender ese
extraño proceso de metamorfosis de muchos hombres de luz a lobo
oscuros y misteriosos.
- Gracias Luna por lo que
me aportas, por lo que me acabas de aclarar, por lo que me haces
descubrir... Gracias, gracias, gracias... Seguiré meditando sobre lo
que me acabas de enseñar...
La Luna me sonríe, me
guiña un ojo mientras la va cubriendo una pequeña nube pasajera que
queda iluminada en todos sus bordes. Aprovecho el momento. Miro,
relajado y con intensidad, al cielo y siento en mí su inmensidad:
sus galaxias, estrellas, planetas, satélites, asteroides... que
aunque no los distingo a todos sé que existen y se mueven.
Entro en mi casa para
acostarme. Cierro la puerta de la terraza mientras observo de nuevo a
la luna plenamente llena, iluminado toda la finca, pues la nube
pasajera ya había pasado... Me doy cuenta que no tengo todas las
respuestas a lo que observo...
Decimos que somos seres
de luz, pero ¿propia o reflejada? ¿Nos dejamos empapar para
proyectar la luz que nos llega, o queremos proyectar nuestra luz
porque nos sentimos estrellas? ¿Somos soles proyectando luz, o
somos planetas o satélites, cuya luz proyectada es la que
reflejamos? ¿Somos espejos? ¿Qué somos? ¿Qué sientes tú que
eres? ¿Qué siento yo que soy? ¿Soy Lobo o soy estrella?
Me acuesto con estos
interrogantes. Cierro los ojos. Duermo enseguida. Al despertar en la
mañana se me agolpan en mi cerebro las imágenes de ¿un sueño?
que tuve al cerrar los ojos y descansar:
“Estoy viajando por el
universo. De pie voy sobre un cometa. Cruzo nubes de polvo
encendidas, nebulosas de todos los colores, galaxias que parecen no
terminar nunca... Cúmulos de estrellas viajeras me persiguen; paso
por planetas de todas las formas y tamaños moviéndose en torno a
un gigante de luz; cruzo por la oscuridad de la materia y la densidad
de los agujeros negros; observo la explosión de un estrella y cómo
se expande su luz cegadora por el universo. El asteroide en que voy
subido acaba su viaje. Se detiene sobre una enana roja. Descubro que
a su alrededor se mueven millones de asteroides con otras personas
viajeras. Al lado de cada asteroide observo a seres de luz
angelados, casi trasparentes, iluminando cada asteroide. Sus alas son
energía encendida que no termina en ninguna frontera. Giro mi cabeza
y veo al ser que me acompaña, que se hace visible en este momento.
Lo miro. Le doy las gracias, se aleja, y con él toda la escena”
Abro los ojos, ¡ya
estoy de vuelta!
Me meto en la ducha y el
agua me devuelve a la realidad sintiendo que soy vida evolucionando
en la biología de la tierra. ¿Para ser luz en la materia? Respiro y
disfruto del agua. Una sonrisa se dibuja en mi cara. La misma sonrisa
que la luna me devolviera durante la noche antes de ser cubierta por
una nube pasajera.
¡¡¡YA TENGO MI RESPUESTA!!! ¿LA TIENES TÚ?
¡HAY UN LOBO QUE SE ALEJÓ DE MI SENDA!